Nadie puede poner en duda a estas alturas que Dubái es uno de los destinos preferidos de los turistas de todo el mundo. La ciudad emirato de los Émiratos Árabes Unidos se ha convertido en un referente por multitud de razones, no solo por su espectacular arquitectura o por el lujoso comercio.
Viajar a Dubai es sinónimo de vivir experiencias maravillosas y muy variadas, ya que allí también puedes practicar deportes como el sandboard o el esquí indoor por increíble que parezca. Por ello no es de extrañar que cada año sea capaz de atraer a más de 14 millones de turistas que llegan cada año con ganas de relajarse y divertirse a partes iguales.
Lo que no te puedes perder en Dubái
Como no podía ser de otra forma, una de las visitas imprescindibles es la que te lleva a contemplar la majestuosidad del edificio más alto del mundo, el famoso Burj Khalifa. Sus 828 metros de altura son espectaculares, y eso es algo que se aprecia incluso desde el avión. De hecho, dicen que se puede ver a 100 kilómetros de distancia.
The Dubai Mall es otro de los que no pueden faltar en tu recorrido. Es un centro comercial inmenso en el que encontrarás 1.200 tiendas y restaurantes, un parque temático para niños, una cascada interior que te dejará con la boca abierta… Es un espectáculo en sí que hasta cuenta con un acuario y un centro médico.
Las Dubai Fountains también deberían estar en tu lista de lugares que hay que visitar en Dubái. De hecho, no te costará mucho encontrarlas porque están situadas a los pies del Burj Khalifa. Son las fuentes más grandes del mundo gracias a sus chorros de agua, que pueden llegar a una altura de 275 metros. De 18:00 a 22:00 horas tienes que buscar una buena ubicación para disfrutar del show de agua, luces y música árabe contemporánea.
El Burj al Arab es otro de los principales atractivos del emirato. Es el hotel más famoso de Dubái, y probablemente uno de los más famosos del mundo. Mide 321 metros de altura y el lujo está más que garantizado. Eso sí, para alojarte en este hotel de 7 estrellas tienes que pagar como mínimo 15.000 euros por noche, así que tendrás que ahorrar mucho para darte el gustazo.
Dejando a un lado los edificios, podríamos decir que una de las visitas más recomendables es la que te lleva a pasear por las calles de Al Fahidi, un barrio histórico que podríamos decir que representa la parte más tradicional de Dubái. Fue construido a finales del siglo XIX, cuando todavía no había ningún edificio moderno. Allí vivían los mercaderes persas que se ganaban la vida comerciando con los tejidos y las perlas.