La enorme Ciudad de México está llena de barrios y colonias que la urbe ha ido devorando a lo largo de la historia. Muchas de ellas conservan su identidad y su esencia que te hará sentir en un pueblo mágico sin salir de la ciudad. Estas colonias son ideales para recorrerlas con calma, maravillándote con su comida, sus tradiciones y su comercio, para ‘pueblear’ a gusto sin pasar una sola caseta.

Coyoacán

Desde tiempos prehispánicos, el ‘Lugar de los coyotes’ ha mantenido un vínculo estrecho con el centro de la urbe, al punto que este barrio terminó por convertirse en parte de la ciudad. Sin embargo, Coyacán conserva su espíritu folklórico con sus calles empedradas y su centro histórico. La avenida Francisco Sosa y las calles aledañas son ideales para salir a ‘pueblear’ y te sorprenderán con sus edificios históricos, sus parques y plazas, sus iglesias, y la imperdible oferta gastronómica que te darán un respiro y te harán sentir de vacaciones sin salir de la ciudad.

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San Ángel

Antes de la conquista, el barrio de Tenanitla dependía del señorío de Coyohuacan. A lo largo de la colonia, se construyeron distintos recintos religiosos, como el convento del Carmen —cuyos antiguos terrenos se extiende hasta Chimalistac— y la parroquia de San Jacinto que hoy da nombre a la plaza donde se encuentra el famosísimo Bazar del Sábado. Hoy en día, se trata de una zona residencial exclusiva con propuestas gastronómicas y comerciales con muchísima personalidad. Si estás ahí, no te pierdas la terraza y las tiendas del Mercado del Carmen.

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Roma

Esta preciosa colonia cerca del centro histórico nació durante el porfiriato con todos los lujos de la modernidad, como alumbrado eléctrico, pavimentación y saneamiento de aguas, además de los amplios camellones y la característica arquitectura europea inspirada en el Art Nouveau y el Art Déco. Desde entonces, se convirtió en un área residencial exclusiva, e incluso durante la Revolución fue hogar de los líderes de todos los bandos, dando pie a su vibra ecléctica donde confluyen todo tipo de estilos y pensamientos. Pasear por la colonia Roma es transportarse en el tiempo y el espacio, donde detrás de cada puerta seguramente se esconde un proyecto culinario, artístico o cultural que te volará la cabeza.

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Santa María Magdalena Atlitic

A pesar de encontrarse dentro de los límites de la ciudad, la Santa María Magdalena Atlitic es un oasis verde y uno de los mayores pulmones de la urbe. Mucha gente la conoce mejor por ser el hogar de Los Dinamos, una de las rutas consentidas de ciclistas, corredores y amantes de la naturaleza. A un par de kilómetros de ahí podrás encontrar el pequeño centro histórico con todo el sabor a pueblo mágico, donde destacan el Templo de María Magdalena —cuyos orígenes se remontan al siglo XVI—, el Mercado Turístico, la antigua estación del Ferrocarril de Cuernavaca y el Foro Cultural Contreras.

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Mixquic

Esta colonia es otra que se remonta a tiempos prehispánicos, fundada en la zona lacustre del sur de la ciudad. Desde entonces, su dominio estuvo en disputa entre los diferentes señoríos de la región por ser uno de los principales productores hortícolas. De hecho, se encuentra dentro de la zona chinampera, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las fiestas aquí se celebran en grande, y el pueblo recibe cientos de turistas para los Jubileos (la fiesta anual del Santo Jubileo) y el día de muertos.

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