estaciones-tren

Como ya hemos comentado en más de una ocasión, España es uno de los países que más posibilidades ofrece para el turismo. Los recorridos a realizar son numerosos en cualquier comunidad autónoma, así como los temáticos por todo el territorio nacional. En esta ocasión, vamos a proponer una ruta por algunas de las estaciones de tren que están consideradas más bellas del país. Razones no faltan. Historia y arquitectura van de la mano del nacimiento y evolución del ferrocarril, perdurando al paso del tiempo sin perder atractivo y belleza. De hecho, algunas están consideradas como auténticos monumentos.

Las estaciones

La primera parada la vamos a hacer en Madrid. En esta ciudad se encuentra la Estación de Atocha. Entre sus principales características destaca el hecho de estar construida en hierro forjado, siguiendo el estilo continental en su concepción más pura.

Esta estación –fue inaugurada bajo el nombre Mediodía-, ha ido creciendo con el paso del tiempo e incorporando más elementos, pero siempre preservando los antiguos en su aspecto exterior. Precisamente, en su zona externa es posible pasear por un jardín tropical con plantas variadas y pequeños estanques con tortugas.

Cerca de Madrid, queda Toledo, cuya estación también es parada obligatoria. Destaca por su pabellón central, así como por la torre de reloj, cinco puertas y dos andenes. Desde el año 1919 está declarada Bien de Interés Cultural. Un reconocimiento que le fue otorgado por la belleza de su estilo neomudéjar.

estaciones-tren
Otra de las paradas en esta ruta es la Estación del Norte, en Valencia. Esta estación fue inaugurada en 1917 y está considerada como un símbolo de la arquitectura modernista europea. También ha sido declarada edificio de interés cultural.

Ya en Barcelona está la Estación de Francia, en pleno bario del Born. La doble marquesina metálica con vidrieras es uno de sus principales atractivos a los que se suma el vestíbulo novecentista. Esta estación fue inaugurada en 1929, convirtiéndose en una de las primeras conexiones de la Ciudad Condal con París.

El recorrido nos lleva también a la Estación de Almería. Su construcción se llevó a cabo entre los años 1890 y 1893. Su estilo puede definirse como ecléctico porque mezcla la arquitectura de hierro con el cristal. También se observa un cierto toque afrancesado, así como andaluz por sus cristaleras y azulejos.

La Estación de Aranjuez debe verse al menos una vez en la vida. Está considerada como la más antigua de España. Su inauguración tuvo lugar en el año 1851. Su recorrido permitía conectar directamente con el Palacio Real, aunque asimismo se empleaba para el transporte de productos de la huerta locales. Y, ¿qué merece la pena ver? Especialmente, hay que fijarse en su estilo neomudéjar y en elementos concretos como el vestíbulo, los mosaicos y los azulejos decorativos.

La siguiente parada la hacemos en la Estación de Jerez de la Frontera. Fue asimismo una de las primeras líneas de ferrocarril del país y la primera de la comunidad andaluza. Su puesta en marcha se debió a la necesidad de transportar el vino de Jerez hasta el puerto para exportarlo al Reino Unido. Hoy en día, todavía es una estación con un gran valor arquitectónico.

En la zona norte de España, están estaciones como la de La Concordia, en Bilbao, y situada en el centro histórico de la ciudad y a orillas del río Nervión. Esta edificación es también un ejemplo de estilo modernista de España que evoca la Belle Époque en pleno siglo XXI.

Y, finalmente, está la Estación de Zamora, aunque en España todavía hay muchas más que merece la pena visitar. Esta es una de las más modernas porque se tardaron bastantes décadas en construirla por diversos problemas en el proyecto. Sus obras comenzaron en 1927 y acabaron en 1958. El resultado fue una construcción que tiene estilo plateresco –es típico de la zona-, de grandes dimensiones con una fachada principal de casi 90 metros de longitud.