Portugal tiene un encanto que atrae a los turistas. Si lo has visitado alguna vez sabrás de lo que te hablo, especialmente si has tenido la oportunidad de pasear por las calles de Lisboa y Oporto, que son sus dos ciudades más importantes.

La distancia que separa a ambas ciudades es de tan solo 314 kilómetros, motivo por el cual puedes plantarte en solo 3 horas en coche de una ciudad a otra. O mejor aún, puedes coger un tren de Lisboa a Oporto para ir de una ciudad a otra empleando el mismo tiempo pero sin la necesidad de conducir, algo que sin lugar a dudas se agradece mucho en lo que a comodidad se refiere.

Lo que no te puedes perder de Lisboa

Lisboa
No te cansarás de Lisboa porque en la capital de Portugal hay mucho que ver. ¿Por dónde empezar? Por ejemplo, por el Castillo de San Jorge, que fue construido en el siglo V por los visigodos y está situado en la colina más alta de la ciudad. También deberías ver la Catedral de Lisboa, subir al elevador de Santa Justa o recorrer el casco antiguo en el tranvía 28, un plan perfecto para ver algunos de los lugares más emblemáticos de Lisboa.

El Convento do Carmo, parcialmente destruido por el terremoto de 1755, es otro lugar que bien merece una visita. También el barrio de Alfama (apúntante a vivir un concierto de Fado) y los barrios de Baixa y Chiado. La Torre de Belém, alejada del centro de la ciudad, es otro punto que no debe faltar en tu ruta, como tampoco deberías dejar pasar la oportunidad de contemplar el Monumento a los Descubrimientos, a poca distancia de la torre y de unas dimensiones considerables. Además, tienes la oportunidad de subir a lo más alto para disfrutar de unas vistas que no están nada mal.

Para terminar, te recomiendo ir a la Pastelería de Belém para degustar uno (o más de uno) de los pasteles de Belém que hacen siguiendo la tradición. Debes saber que dicha pastelería se creó en 1837, si bien es cierto que encontrarás muchas parecidas a lo largo y ancho de Lisboa.

Lo que no te puedes perder de Oporto

Oporto
Si te quedas con ganas de más después de recorrer Lisboa, la buena noticia es que todavía te queda vivir la experiencia de conocer Oporto, una ciudad fantástica cuyo centro histórico es patrimonio de la UNESCO.

El punto más céntrico de la ciudad es la Avenida de los Aliados, con la plaza de la Libertad y con el ayuntamiento de fondo. La estación de Porto-São Bento también tiene mucha historia, ya que se trata de una estación inaugurada en 1916 que destaca por los preciosos paneles de azulejos que la conforman.

La Ribeira de Oporto, ideal para una fotografía idílica de la ciudad, es un barrio pintoresco que te enamorará, como también lo hará el Puente Don Luis I de inaugurado en 1877.

En rojo deberías marcar lugares como la Catedral de Oporto, las Bodegas de Oporto, la Torre de los Clérigos, la Librería Lello (una de las más bonitas del mundo), el Palacio de Cristal o la Casa Da Música. Además, si te gusta el fútbol puedes visitar el Estadio do Dragão y si quieres relajarte puedes pasear por el Parque de la ciudad en Oporto, que dispone de 83 hectáreas de zona verde.

¡Planea tu ruta!

Está claro que en Portugal puedes pasártelo muy bien y enriquecerte a nivel cultural. Sin embargo, la ruta que conecta Lisboa y Oporto no es la única que deberías plantearte.