Burgos es una provincia que tiene muchos atractivos. Además de su capital y con su catedral como estandarte, tiene numerosos pueblos con gran belleza. Son un destino ideal para descansar y recuperar la energía perdida con el ajetreo del día a día. Las posibilidades son tantas como localidades tiene la provincia burgalesa. Y, aunque la elección no es fácil, aquí van algunas propuestas.
Los pueblos
La localidad de Frías es una buena elección. Está situada cerca de la ciudad de Burgos, a unos 70 kilómetros aproximadamente. Este municipio se caracteriza por su belleza. De hecho, pertenece a la Asociación de Pueblos Más Bonitos de España.
También es una tierra con mucha historia, sobre todo, relacionada con el origen de Castilla. Llama la atención su núcleo urbano medieval, que está considerada Conjunto Histórico Artístico, las casas colgadas y el castillo del siglo X que se alza desde lo alta de una atalaya.
Este no es el único paisaje que merece la pena ver. La localidad está situada a orillas del Ebro, además de ser la puerta de entrada a los valles de Burgos, Vizcaya y Álava. Sin duda, un entorno ideal para desconectar, respirar tranquilidad y recargar la energía.
Otro buen destino es Poza de la Sal. Esta villa medieval tiene un gran encanto. Situada en la comarca de La Bureba y en tierras próximas al Parque Natural de los Montes Obarenes, es una bella aldea con calles empedradas y grandes casonas conformando su casco histórico.
Es un destino ideal para los amantes de la naturaleza. En concreto, aquí se encuentra Espacio Medio Ambiental con el nombre de Félix Rodríguez de la Fuente. Es el punto de partida del itinerario interpretativo ‘Tras las huellas de Félix’. Este recorrido transcurre por tres ejes temáticos: el pueblo, salinas y páramo. También incluye edificios de carácter histórico como la iglesia de San Cosme y San Damián, declarado Monumento Histórico-Artístico.