Las ardillas cantoras Pánfilo, Demetrio y Anacleto son piezas infaltables en las navidades mexicanas tanto como el ponche, la ensalada de manzana o los buñuelos.

Este trío de roedores tienen el poder de regresarnos con su voz chirriante a los diciembres de nuestra infancia cuando los escuchamos cantar Feliz Navidad, El venadito cojo, Campanitas de Navidad, Mamacita dónde está Santa Claus, La tamalada y sobre todo Los dientes de Pánfilo.

El accidente en México que dio origen a las ardillas cantoras

El padre de estas ardillas fue el pocho Lalo Guerrero quien, durante un día de grabaciones de un disco “serio” en la capital mexicana, por ahí de 1959, se le hizo gracioso cómo su voz sonó chillona cuando el ingeniero de sonido apretó por error un botón del aparato de sonido.

“Yo cantaba ‘Te quiero con el aaaaaalma…”, pero se escuchó un chillido. Se me ocurrió decirle: ‘Oye, ¿no puedes bajar la velocidad y que quede un tono alto?’. Así salió una vocecita”, explicó el mismo Guerrero años después durante una entrevista.

Mexicanas ¿pero inspiradas en Alvin, Simon y Theodore?

Entonces, aunque  de padre nacido en Estados Unidos, las ardillas Pánfilo, Demetrio y Anacleto nacieron en territorio mexicano haciéndose populares todo el año pero especialmente en diciembre porque tomaron elementos de la cultura mexicana con una pizca de la estadounidense.

Al respecto se debe decir que  es muy probable que Lalo Guerrero, considerado padre de la música chicana, tomó la idea de crear este trío de ardillas a partir de los roedores nacidos de la mente del armenio Ross Bagdasarian, padre de Alvin, Simon y Theodore, conocidas como “Las Ardillas Listadas”.

De hecho las personalidades de estos tres son las mismas que las de Pánfilo, Demetrio y Anacleto, el primero es el más travieso, el segundo el mesurado y el tercero el regordete y noble. Por esta similitud la compañía Disney no tardó en hacer un reclamo a Guerrero para pedirle que parara la imitación.

Lalo Guerrero le gana la batalla a Disney

Pero el abogado del compositor chicano fue hábil al argumentar que recrear vocecitas para animales era muy común, por tanto nadie podía reclamar un derecho exclusivo del concepto.

Con esa seguridad Guerrero entró con fuerza al mercado mexicano, no cantando como él, sino como una ardilla. Algo que pocos saben es que en algunos de estas producciones Eulalio González, Piporro, también hizo las voces de las ardillas. Lalo Guerrero produjo un disco navideño cada dos años durante los próximos 20. ¿A ti qué recuerdos te traen Pánfilo, Demetrio y Anacleto?