Las haciendas son de las expresiones arquitectónicas más especiales de México, ya que simbolizan una de las épocas más representativas de la historia nacional, y en múltiples ocasiones se han restaurado para establecerse como maravillosos recintos culturales, museos históricos y restaurantes más contemporáneos. Existe una hacienda bastante cerca de la CDMX que se mantiene erguida como lucha por su preservación, y que hace bastantes años sirvió como set cinematográfico para más de 20 películas mexicanas. ¡Te contamos más sobre ella!

Aproximadamente a una hora de la CDMX se encuentra la Hacienda de la Encarnación, ubicada justo en el municipio de Nicolás Romero y consolidándose como una de las construcciones más antiguas de la zona. A pesar de su valor histórico, el tiempo le ha cobrado factura y probablemente se encuentre en sus últimos años funcionales.

Foto: Gobierno de México

Sin duda alguna, la Hacienda de la Encarnación podría considerarse como uno de los monumentos históricos más importantes en Nicolás Romero, originada a finales del siglo XVII y habitada en inicio por Alonso Dávalos de Bracamonte –quien justo acababa de recibir el título de condado de Miravalle–. La hacienda fue una de las muchas propiedades del condado, para después ponerse a la venta y convertirse en propiedad privada a raíz de la Independencia de México.

Foto: Gobierno de México

Fue en 1940 que la Hacienda de la Encarnación llamaría la atención de Rafael Baledón –actor, director, productor y escritor mexicano– y Luis Manrique –actor español–, quienes la emplearon como set de filmación para más de 20 películas del cine nacional. Cabe destacar que la hacienda no solo fungía como escenario cinematográfico, sino también como hotel para su elenco y personal de producción.

Foto: Gobierno de México

Entre las películas grabadas en la Hacienda de la Encarnación se encuentran La coronela, El 7 leguas, Tierra de hombres, El jinete sin cabeza y El Pantano de las Ánimas, que a su vez contaron con la participación de actores como Andrés Soler, Sara García, Joaquín Cordero, Luis Aguilar y Eulalio González Piporro.

Puede ser que su construcción se encuentre un poco deteriorada, pero en caso de tener la oportunidad y encontrarse en la zona, vale la pena conocerla e imaginarse lo grandiosa que llegó a ser años atrás.