El Estado de México tiene la frontera más extensa con la CDMX, y en él se esconden algunos de los pueblos mágicos más espectaculares para darte una escapada de fin de semana llena de historia y naturaleza. A pesar de ser destinos a tan solo una o dos horas de la ciudad, visitarlos será una experiencia renovadora que te hará sentir como si hubieras viajado muchísimo más lejos, con sus aires frescos, su invaluable legado cultural y sus vistas increíbles de la naturaleza.

Aculco

Entre peñas, bosques y cascadas, este acogedor pueblo de climas de montaña y con lluvias la mayor parte del año se encuentra a solo dos horas de la CDMX y destaca por su riqueza natural e histórica. La primera comunidad otomí de la región se fundó cerca del año 10 d.C., y aunque posteriormente el territorio fue conquistado por los mexicas, muchos de los habitantes conservan las costumbres y vestimentas de esta primera cultura. Entre los atractivos naturales se encuentran el Balneario municipal y las cascadas La Concepción y Tixhiñu, con caídas impresionantes que se deslizan entre columnas basálticas.

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Ixtapan de la Sal

Si eres fan de la eterna primavera de Cuernavaca, Ixtapan de la Sal es el destino ideal para cuando busques un pequeño cambio con los mismos climas cálidos. Este lugar es famoso por sus campos de golf, balnearios, aguas termales, grutas y spas, a menos de dos horas de la CDMX.

Pero así como te puedes dar una escapada súper exclusiva a este pueblo mágico, también es un excelente destino para viajar con niñxs, pues aparte de los sitios de interés ecoturístico, el Parque Acuático Ixtapan —el más grande de Latinoamérica— es ideal para pasar un día divertido en familia.

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Malinalco

Con sus preciosas (y empinadas) calles empedradas y sus casas coloridas, Malinalco es uno de los destinos favoritos en el Estado de México. Su enorme valor histórico inicia con las pinturas rupestres, entre las que destacan ‘Los diablitos’ y ‘Las caritas’, pasando por el sitio arqueológico del Cerro de los ídolos, hasta llegar al convento agustino, donde encontrarás fascinantes murales pintados por manos indígenas que datan de la época colonial.

La tradición textil de este lugar es fascinante, y aquí no solo podrás comprar los rebozos más bonitos, sino también conocer los talleres y aprender sobre la historia y los procesos detrás de ellos.

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Metepec

Si de artesanías se trata, Metepec se pinta solo, pues en sus calles encontrarás tiendas y talleres alfareros, talabarteros y vidrieros en los que seguro reconocerás más de una artesanía emblemática no solo de la zona, sino del país entero, como los árboles de la vida.

Además, el patrimonio arquitectónico del pueblo fusiona edificios coloniales con construcciones modernas, dándole un encanto peculiar a las calles. En tu visita, no te pierdas la gastronomía de Casa la Troje y el exquisito café de Lusso.

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Valle de Bravo

El personaje principal de Valle de Bravo es su enorme lago —en medio de un paisaje montañoso que seguro te hará suspirar—, el lugar hacia el cual todos los hoteles quieren tener vistas y donde se pueden llevar a cabo deportes acuáticos.

A sus alrededores encontrarás múltiples alojamientos que ofrecen experiencias holísticas enfocadas en el wellness, así como una vida nocturna activa y ofertas gastronómicas imperdibles, como Los Veleros (con auténtica comida tradicional vallesana) y Dipao (cocina italo-mexicana).

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Tonatico

Su nombre proviene del náhuatl y significa ‘lugar del sol’, el cual describe a la perfección el clima cálido y las calles llenas de luz de este pueblo mágico. Entre los atractivos de Tonatico destaca su riqueza natural, principalmente la Gruta de la Estrella y el Parque del Sol, desde el cual se puede admirar el salto de agua con una caída de más de 50 metros desde la comodidad del área de palapas y asadores, o bien practicar rappel, cruzar los divertidos puentes colgantes y zambullirte en las albercas y chapoteaderos.

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Foto: @tonaticomexico

El Oro

A pesar de que la tradición minera de El Oro terminó hace tiempo, el lugar conserva un esplendor que da fe de la importancia que tuvo esta actividad en su momento. La arquitectura neoclásica y los edificios señoriales de algunos de sus edificios crean un contraste de ensueño con los bosques de pino y cedro que rodean el pueblo.

A las afueras de El Oro se encuentra la Presa Brockman, un hermoso cuerpo de agua a cuyas orillas es posible acampar y organizar picnics y caminatas. Este pueblo mágico es hogar del santuario de mariposas monarca La Mesa, así que agenda tu visita entre octubre y marzo para no perderte de este espectáculo natural.

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Tepotzotlán

Este encantador pueblo mágico está tan cerca de la CDMX, que bien podría ser parte de ella. A tan solo una hora de distancia, este pintoresco pueblito es el destino ideal para una escapada de fin de semana, pues sus calles se llenan de mercados y vendedores de arte, artesanía y comida. Ya que estás ahí, no te puedes perder el Museo Nacional del Virreinato, el parque ecológico de Xochitla, ni los 43 arcos del majestuoso acueducto.

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Villa del Carbón

Si el ecoturismo y el deporte son lo tuyo, no te puedes perder este destino. Entre las actividades que puedes realizar en Villa del Carbón se encuentran la bici de montaña, cabalgata, camping, canotaje, escalada, kayaking, pesca deportiva, motocross, tirolesas, trekking y más.

Este lugar es famoso por sus riquezas naturales, como la presa Taxhimay y el cerro de La Buffa. Pero si lo que buscas es un plan más relajado y romántico, Villa del carbón también ofrece caminatas bellísimas por sus calles empedradas para pasar días tranquilos ‘puebleando’ por las iglesias y mercados.

Foto: Gobierno de México
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