A la Mina de Bustillos se llega por un escarpado y angosto camino hacia una de las partes altas de esa zona cercana a la ciudad de Chihuahua, desde donde se puede arribar en un recorrido de unos 20 minutos, saliendo de la ciudad capital hacia el sur, por la carretera a Delicias o Panamericana y doblando a la izquierda a la altura del distribuidor vial de la Puerta de Chihuahua.

La mina es a su vez un lugar de gran importancia histórica, ya que empezó a ser explotada por sus ricos yacimientos de plata y otros metales valiosos en el año de 1700. Esto es, nueve años antes de que se asentara oficialmente la ciudad de Chihuahua, que como sabemos, tiene su antecedente fundacional precisamente en el mineral de Santa Eulalia, en donde los vecinos votaron en el año 1709 para decidir en qué lugar se fundaría el Real de Minas: ahí en Santa Eulalia o en valle donde se ubicaba la “Junta de los Ríos”, ganando la segunda opción.

Sin embargo, de las entrañas de esta mina siguieron extrayéndose cuantiosas riquezas durante cientos de años, merced al duro y peligroso trabajo de varias generaciones de trabajadores mineros. Se sabe que la máxima profundidad y longitud de los tiros y galerías de esta mina, es de poco más de mil 200 metros, por lo que es una excelente oportunidad para quienes gustan de las exploraciones subterráneas y del turismo de aventura. Aunque esto debe hacerse solo por personas capacitadas, conocedoras y debidamente entrenadas para evitar o reducir riesgos de accidentes y contar además con las debidas autorizaciones y permisos, pues la mina se localiza en un predio privado. El viaje al fondo de la mina es solo uno de los atractivos que el paseante local o turistas pueden encontrar en Santa Eulalia, donde hay además otras opciones, como las tirolesas y escaladas a “rappel”, mismas que ofrecen empresas prestadoras de servicios turísticos del lugar.