Uno de los grandes legados del pasado colonial de México son las fiestas religiosas que se celebran a lo largo y ancho del país pero, aunque la fé católica se extendió por la vasta mayoría del territorio mexicano, en cada lugar se abrazaron de distintas formas los festejos y rituales en torno a estas fechas. Además de su valor religioso, ya son un sello identitario y cultural de las comunidades, por lo que aquí te dejamos cinco Pueblos Mágicos que se transforman para recibir la Semana Santa a lo grande.
Taxco, Guerrero
Las crónicas registran que las celebraciones que se llevan a cabo en Taxco durante la Semana Santa tuvieron su origen a finales del siglo XVI. En este lugar, cada año se realizan representaciones dramáticas de los pasajes bíblicos que hablan sobre los días previos a la crucifixión de Jesús, así como procesiones que incluyen distintas imágenes religiosas llevadas a cuestas por cofradías de penitentes encapuchados.
Las celebraciones comienzan desde el Domingo de Ramos con la llegada de los peregrinos a la iglesia de Santa Prisca para la bendición de los ramos. El lunes, martes y miércoles se llevan a cabo procesiones con distintos motivos, pero el Jueves Santo es el día de mayor congregación, pues en el ex Convento de San Bernardino de Siena se llevan a cabo las representaciones de la última cena y el beso de Judas. El Viernes Santo la cita es en el Templo de San Nicolás desde el amanecer para iniciar la Procesión de las Tres Caídas y, tras una jornada de misas y representaciones, a la medianoche comienza la Procesión del Silencio, en la que los devotos pasan toda la noche velando a Cristo.
Creel – Chihuahua
El sincretismo que se vive en este Pueblo Mágico en Chihuahua te dará una perspectiva totalmente diferente sobre cómo se celebra la Semana Santa en México. En los templos en el territorio tarahumara, las comunidades rarámuris se visten con coloridas galas y se reúnen alrededor de las iglesias para escuchar el nawésario —o sermón—. Entre los eventos de la celebración destacan las danzas, las misas y las plegarias.
Cholula – Puebla
Este Pueblo Mágico es famoso por su preciosa iglesia construida encima de una pirámide, pero en Semana Santa los reflectores se los lleva la enorme alfombra de aserrín que cubre Los Portales para la celebración del Viacrucis. El Jueves Santo se llevan a cabo el lavatorio de pies y la visita a las Siete Casas, mientras que el Viernes Santo destaca por su procesión.
Dolores Hidalgo, Guanajuato
Aquí, la Semana Santa arranca con las celebraciones a la patrona de la ciudad el viernes de Dolores. Para esto se realiza una procesión que recorre todo el Centro Histórico con una imagen sagrada de la virgen a cuestas, esto para recordar los siete dolores que padeció —al caer la noche, la procesión se convierte en la Procesión del Silencio—. El resto de la semana se pueden ver las representaciones de pasajes bíblicos y participar de las numerosas misas en los diversos templos de Dolores Hidalgo.
Jalpa de Cánovas, Guanajuato
En Jalpa de Cánovas, la celebración conmemorativa de estas fechas surgió en el siglo XVIII y se llama La Judea. Consiste en una representación teatral de algunas escenas de la Pasión de Cristo y el beso de Judas con más de 300 músicos y actores en escena. Uno de los elementos más característicos de este evento son las máscaras de madera con colorín.