Playa Azul, Tabasco

Hay dos lugares indispensables de conocer cuando se visite esta parte de la costa tabasqueña, nos referimos a Barra de Tupilco y el Cerro de Teodomiro. En lo que se refiere a la primera se trata de una playa de vasta extensión que da a mar abierto. Es inconfundible por su suave arena de grisácea tonalidad.

Barra de Tupilco es un lugar muy frecuentado por los turistas nacionales, especialmente en Semana Santa. Por lo que toca al Cerro de Teodomiro se trata de un enorme montículo de tierra que se usaba a manera de atalaya para vigilar el acecho de embarcaciones piratas, los cuales hace varios siglos merodeaban para atacar a las poblaciones costeras de la región.

Llego el momento de comentar acerca de playa Azul, una de las zonas costeras más admirables de las costas de Tabasco. Es un lugar especialmente valorado por quienes gustan de practicar el buceo, la natación (si bien por tratarse de una playa a mar abierto se requiere de gran experiencia para ello), la pesca deportiva y muchas actividades náuticas más. Playa Azul destaca por la manera en la que se combinan las cristalinas y apacibles aguas de la playa con un hermoso paisaje subacuático y numerosas especies marinas para admirar. Por lo demás, los visitantes hallarán en playa Azul cómodas palapas, rústicos restaurantes y otros servicios para garantizar el descanso y la diversión de los vacacionistas.

Una recomendación adicional es visitar otra magnífica playa del rumbo llamada Sánchez Magallanes. Se trata de una comunidad de pescadores, rodeada de bellos paisajes tropicales. Esta playa tabasqueña se encuentra en un territorio peninsular que tiene por un lado las aguas del Golfo de México y por el otro una admirable laguna con varias isletas. Una de las más famosas es El Pajaral, justo donde tienen su morada miles de aves acuáticas.

La principal actividad económica a la que se dedican los lugareños es la pesca, además de que los visitantes podrán formar parte de paseos en lancha por la laguna y recorridos por la mencionada Isla El Pajaral, a la cual se llega tras haber navegado durante media hora. Precisamente el punto de partida es la población de Sánchez Magallanes. Esta experiencia turística se vuelve aun más disfrutable por la tarde, ya que nos permite admirar las copas de los árboles colmadas de aves que conforme se acerca la noche llegan al sitio para pernoctar.

Tanto en la mencionada isla El Pajaral, como en varias otras islas de los alrededores se podrán explorar densos manglares y otras especies de árboles en las que viven cientos de aves. Cabe mencionar que el entorno silvestre de Sánchez Magallanes está definido por atrayentes paisajes naturales, con pantanos, lagunas, ríos y zonas costeras de arena suave y aguas limpias.