Pichilinguillo, Michoacán

Además de lo anterior, la bella playa de arenas claras y aguas azul turquesa que tiene hace que la vivencia de conocer Pichilinguillo sea por demás memorable. Numerosos atractivos ecoturísticos y aguas termales forman parte de la oferta vacacional del sitio que les comentamos. No se pierdan los antojitos costeros que se sirven en los rústicos restaurantes de la región.

Al transitar por la carretera costera con rumbo a la ciudad de Lázaro Cárdenas y Colima, es posible captar uno de los paisajes más formidables del territorio michoacano. En este entorno las más atrayentes playas se combinan con vastos sembradíos de cocos y ríos caudalosos que desembocan en el mar. Ese es el caso de Playa Azul, luego aparecen Caleta de Campos y aún más distantes, las grandes montañas de la Sierra Madre del Sur. Y como horizonte, el vasto horizonte del Pacífico Mexicano. Justo allí es donde aparece Pichilinguillo, pequeña pero encantadora playa de las costas michoacanas.

Estamos ante una playa bella y solitaria con arena de color dorado y cristalinas aguas, donde también se podrá hallar campamentos tortugueros y enormes peñascos en las cercanías. Pichilinguillo se perfila como un diminuto caserío dividido en dos reducidos tramos. Al oriente de la zona hay una estrecha franja costera que por lo general únicamente disfrutan los vacacionistas que pernoctan en las cabañas del sitio. Al poniente de este lugar se levantan las casas de los pescadores, las lanchas que utilizan para trabajar y una rústica enramada. De entre los magníficos platillos que allí se preparan les recomendamos las tiritas de pescado frito, la langosta y pescado preparado de acuerdo a recetas tradicionales de la región.

Por lo demás, el paisaje marino y las ensenadas del mar hacen que Pichilinguillo ostente un paisaje de ensueño. Hace poco tiempo los pescadores de la comunidad integraron una cooperativa turística que brinda a los visitantes recorridos en lancha por los lugares más representativos de este destino. El contacto del mar y la montaña hacen surgir numerosos farallones- como es el caso de El Perrito -mismos que dejan constancia del ininterrumpido roce de las olas y las rocas.

Una recomendación relacionada con la playa anterior la tenemos en playa Motín de Oro, otro de los tesoros turísticos poco conocidos del estado de Michoacán. En este paraje costero los visitantes hallarán solitarias y grandes playas inmersas en un entorno apacible, excelente para tener las experiencias ecoturísticas más inolvidables. Quienes dediquen unos días a disfrutar de Pichilinguillo y Motín de Oro no será fácil que olviden todo lo que tiene Michoacán en sus zonas costeras para ofrecer. Se trata de un refugio perfecto para dejar los problemas a un lado y olvidarse por completo de las tensiones que se viven en las grandes ciudades.

Los visitantes podrán disfrutar de varias actividades recreativas, como natación, camping, pesca deportiva y la contemplación de románticas puestas de sol para tomar fotografías panorámicas. Michoacán es vida, es colorido, es sol y arena dorada. Las costas michoacanas nos ofrecen muchos de los mejores atractivos del Pacífico Mexicano y por ello son realmente imperdibles en cualquier momento del año.