Bien es conocido que Escocia es tierra de castillos. Algunos de ellos son muy conocidos porque están en las zonas más turísticas, pero otros no lo son tanto, a pesar de tener mucho encanto y de estar en entornos con magníficos paisajes. Aquí proponemos un recorrido por diez castillos que es recomendable realizar.
Los castillos
El Castillo de Edimburgo es uno de los más conocidos y populares, pero tiene que estar en esta lista porque es también uno de los más importantes. Además, en torno a él, hay algunas curiosidades como el hecho de estar erigido sobre un escarpado volcán extinto. Aquí, están las Joyas de la Corona, la Piedra del Destino y el Mons Meng.
Otro castillo muy conocido es el de Balmoral, que sigue siendo residencia privada de la familia real, aunque pueden verse algunas zonas cuando los miembros de la realeza no se encuentran. Por ejemplo, el recorrido incluye los jardines y terrenos, la sala más grande de la casa y exposiciones en el salón de baile.
El Castillo de Braemar está en un entorno excepcional, puesto que está rodeado del Parque Nacional de Cairngorms. Esta fortaleza tiene torreones almenados, escaleras de caracol vertiginosas y un calabozo que puede definirse como un tanto asfixiante.
El listado se completa con el Castillo de Blair, que se erige sobre las colinas boscosas sobre el río Garry y que fue el hogar de los duques y condes de Ahtoll, así como el Castillo de Inveraray, que tiene una fachada muy austera, aunque sus interiores son todo un ejemplo de la elegancia neoclásica del siglo XVIII.
El Castillo de Cawdor es famoso por parecer de cuento a lo que contribuyen sus jardines románticos de más de 300 años, al igual que el Castillo de Elilean Donan, que figura entre los más fotografiados por estar en un enclave excepcional.
Finalmente, están los castillos de Dunnottar, que está sobre un acantilado; el de Gladis, que tiene unas paredes de arenisca roja, y el Castillo de Stirling, que fue la residencia preferida de los Estuardo.