México es un país con una gran diversidad de geografías y culturas. Ejemplo de ello es Isla Tiburón, que además de ser la isla más grande de nuestra nación, también está envuelta por el aura sacra de la cultura seri.

Isla Tiburón se encuentra ubicada en el Golfo de California y tiene una extensión de 1,208 kilómetros. Administrativamente pertenece al municipio de Hermosillo, Sonora, ya que se encuentra a la misma latitud que esta ciudad. La isla se encuentra separada de tierra firme por un estrecho llamado El Infiernillo, que posee una extensión de sólo 3 kilómetros. En 1975, el presidente Luis Echeverría declaró El Infiernillo como una zona de pesca exclusiva del pueblo seri.

Los seris de Isla Tiburón

Los seris habitaron la región desde hace 2,000 años, por lo cual tienen un gran conocimiento ecológico tradicional, mismo que implementan en su pesca. Según la leyenda comcaac, en las inmediaciones de la isla llegaban los tiburones a alimentarse del banco de peces, de ello que la bautizaran con este nombre.

Seri proviene de vocablo yaqui que significa “hombre de arena”. Sin embargo, ellos se reconocen a sí mismos como comcaac y su territorio tradicional comprende San Esteban e Isla Tiburón. De acuerdo con el gobierno seri, en 2006 la población de este grupo indígena alcanzaba 900 personas.

Cuando los españoles llegaron, encontraron en los seris una población poco atractiva: eran nómadas, no tenían riquezas acumuladas y su mano de obra no era aprovechable pues no sabían cultivar. Gracias a ello, los seris lograron preservar mejor que otros pueblos prehispánicos su vida cultural.

El mayor contacto entre hispanos y seris estuvo en manos de los jesuitas, quienes intentaron convertirlos sin éxito. Debido a ello, el pueblo comcaac regresó al desierto con la fama de bélicos y rebeldes. Los novohispanos primero, y los mexicanos más tarde, implementaron una persecución genocida sobre el grupo hasta casi aniquilarlos.

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Actualmente, los seris siguen considerando Isla Tiburón como una tierra sagrada, ya que era parte de su hábitat y rastreaban el origen de su pueblo ahí. Debido a la escasez de víveres, durante los siglos XIX y XX los comcaac tuvieron que abandonar la isla y se establecieron en tierras continentales.

El regreso de los seris

El retorno de los seris a Isla Tiburón se dio en 1936, cuando el presidente Lázaro Cárdenas escuchó sus demandas, los organizó en cooperativas pesqueras y los concentró en la Bahía de Kino. En 1963 la Isla Tiburón fue decretada como reserva ecológica y en 1975 se le entregó la posesión simbólica a la etnia.

Debido a la gran extensión de tierra que les fue otorgada y por el bajo número de miembros de la comunidad, los seris pueden ser considerados los indígenas con mayor posesión de tierras del país.

Hoy en día la isla continúa casi deshabitada, en su extensión viven ocasionalmente algunos comcaac y existe una representación militar que protege el territorio. Tiburón es el hábitat de aproximadamente 800 ejemplares de borrego cimarrón, de los cuales los seris tienen permiso para consumir sólo 12 al año.

Otro de los animales que destaca por su presencia es la cachora, una lagartija de collar que se alimenta de ratones, insectos y gusanos. Asimismo, es hogar de la liebre antílope, una especie endémica protegida, que se distingue por sus orejas pelonas largas y su gran tamaño. Además, es común la presencia de coyotes, ratas canguro y venado bura.

La única forma de llegar a Isla Tiburón es a través de Punta Chueca, comunidad cercana que es habitada por los seris continentales. Las playas de esta isla son paraísos rodeados de montañas desoladas, lo cual hace de este lugar uno de los pocos vírgenes en nuestro país.