Chiapas es uno de los destinos turísticos más bellos e imponentes de nuestro país, gracias a su peculiar arquitectura, historia, cultura, tradición y, por supuesto, su gastronomía. Además es un territorio que permite conectar con pueblos, aldeas y comunidades ancestrales que nos hacen recordar el misticismo de sus calles. Tal como sucede con San Juan Chamula, uno de los pueblos más misteriosos de este estado y, probablemente de todo México el que trae consigo un aura de misterio en donde los ritos religiosos ancestrales continúan vigentes dentro de su comunidad.
A tan solo 30 minutos de distancia de San Cristóbal de las Casas– se encuentra San Juan Chamula, una comunidad tzotzil que habita dentro de los tres barrios anexos a la Iglesia de San Juan Bautista, San Pedro y San Sebastián.
El nombre de este pueblo ‘chamula’ hace referencia al gentilicio que anteriormente se utilizaba para nombrar a las distintas comunidades mayas que habitaban la zona sur de nuestro país, especialmente en la sierra de Chiapas. Al ser una de las etnias más antiguas de la república mexicana, sus habitantes han conservado sus tradiciones, ritos y costumbres que, al día de hoy son poco comunes.
Uno de los principales atractivos en el pueblo de San Juan Chamula es su iglesia–ubicada en el centro de su plaza–, una construcción de estilo colonial pintada de blanco con un toque de color en verde y azul visible en sus arcos y otros distintivos que forman un papel clave en las creencias indígenas, en donde es posible ver aspas, estrellas y otros iconos que no forman parte de la religión cristiana. Además, en su balcón se exhibe una figura de San Juan Bautista, el santo patrono al que está dedicado este templo.
Uno de los aspectos que más llama la atención, es que dentro de la Iglesia de San Juan Bautista se llevan a cabo rituales muy distintos a los de cualquier otro lugar. Para tener acceso a este ‘centro ceremonial’ es necesario pagar un derecho de entrada, pero eso sí, antes de ingresar advierten que no es posible tomar fotografías en el interior, así como guardar absoluto silencio. Y por ende, tampoco es posible acercarse a los ritos ejecutados en ese momento si no son invitados.
Por supuesto, la atmósfera en este sitio de San Juan Chamula es imponente, no hay butacas como en otras iglesias, solo hay un sinfín de velas encendidas en el suelo.
En el interior del templo de San Juan Chamula hay imágenes de santos acompañado de figuras veneradas por los mayas. También hay espejos en donde el que creyente ve su reflejo, esto para que sea vea así mismo, no mienta y confiese sus pecados. Los ritos son llevados a cabo por chamanes y sanadores y, el único rito católico que se practica es el bautismo. Este sitio lleno de misterio es una excelente opción para visitarlo siempre y cuando se mantenga un profundo respeto.
Uno de los manjares más representativos de esta localidad son los tamales agrios, meticulosamente elaborados con maíz y frijol, y acompañados de un caldo de carne ahumada que resalta por el toque especial del ‘Jojoch‘, una mezcla que incluye papas y zanahorias. Este plato captura la esencia de la cultura de los habitantes de la zona en cada bocado.
Entre las bebidas que distinguen a San Juan Chamula, el pozol ocupa un lugar destacado. Elaborado con maíz amarillo molido y envuelto en hojas de plátano, este brebaje tradicional es consumido con frecuencia a lo largo del día. En este lugar, destaca también la producción de pox (pronunciado posh), un aguardiente regional utilizado en ceremonias. Este licor potente se elabora a través de la fermentación del maíz.
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