La historia de los mercados en México se remonta hasta hace muchos años atrás, estableciéndose primero como espacios de intercambio mercantil y centros urbanos de vida social, para después consolidarse como recintos más permanentes donde adquirir la canasta básica y una diversidad sorprendente de productos tradicionales. En la CDMX se ubica el considerado como mercado más antiguo de México, y aquí te contamos un poco más sobre su historia.
Los mercados son una expresión bastante colorida de lo que es México, y definitivamente entre las mejores formas de conocer una de las formas de comercio más representativas del país, al igual que sus productos y alimentos tradicionales. Aunque es difícil determinar con exactitud, La Merced se considera como el mercado más antiguo de México, un sitio emblemático en la CDMX gracias a su maravilloso valor histórico y comercial.
La Merced se ubica dentro del barrio de su mismo nombre, al este del Zócalo y distribuido en varios edificios que aglomeran tanto puestos permanentes como ambulantes. Sus orígenes datan de la época colonial, ya que con la llegada de los españoles muchos comerciantes decidieron establecerse en un mismo sitio para practicar el intercambio de sus mercancías, lo que derivaría en que para el siglo XVIII el barrio de La Merced pareciera un gran mercado al aire libre.
Fue hasta la década de 1860 que se funda oficialmente el mercado La Merced, con la construcción de edificios permanentes –que permanecen erguidos hasta la fecha– pensados para conglomerar más formalmente los diversos comercios locales del barrio.
Rápidamente se convirtió en el principal mercado de mayoreo y menudeo en México, aunque con la creación de la Central de Abastos pasó a convertirse en el mercado tradicional minorista más importante en la CDMX, cuya venta principal con los alimentos típicos nacionales y demás artículos para el hogar.
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Actualmente, se estima que el mercado La Merced y el mercado Sonora –que se ubica justo a un costado del primero– aglomeran más de 5600 locales, consolidándose como uno de los principales espacios mercantiles en todo México.
Vale la pena visitarlo para maravillarse por su atmósfera enérgica y su increíble variedad de artículos tradicionales, así como por sus puestos de antojitos y cocina clásica callejera difícil de encontrar en cualquier otro sitio.