Tlalpujahua atrapa con los secretos que guardan sus calles y minas. Es un pueblo enclavado en las montañas, donde se respira un aire puro y fresco. Sus calles empedradas están enmarcadas por comercios donde se venden todo tipo de artesanías: desde esferas, artículos navideños y elementos decorativos, hasta cuadros de arte plumario, alfarería y fuentes de cantera.

Tlalpujahua es también espacios llenos de naturaleza y diversión, como el parque nacional Rayón conocido popularmente como Campo del Gallo o incluso conocer la presa Brockman y dejarse asombrar por los paisajes alrededor.

Tlalpujahua es uno de esos rincones de México que, con tan solo escuchar su nombre, nos remiten a la creatividad de sus artesanos. Este pueblo mágico está ubicado a, aproximadamente, una hora 50 minutos de Morelia, la capital del estado de Michoacán.
El lugar de las artesanías
La belleza de Tlalpujahua es evidente desde su geografía: se encuentra enclavado en la montaña ya que su actividad principal fue la minería. Es por ello que en su arquitectura, en las casas más antiguas y en el trabajo diario de los artesanos aún se encuentran vestigios de este pasado.
El clima en Tlalpujahua tiene mucho que ver con su ubicación a 2,600 metros sobre el nivel del mar, por lo que suele ir de templado a frío dependiendo la época del año. Su nombre proviene del náhuatl y significa “tierra de tezontle”.
En 1522 comenzaron a llegar los primeros misioneros españoles quienes se establecieron edificando conventos de arquitectura barroca como el de San Francisco, que data del siglo XVII, y que tiene sus puertas abiertas al público.
El Santuario de Nuestra Señora del Carmen, santa patrona de Tlalpujahua, es un sitio imperdible en la ruta, ya que al encontrarse en uno de los puntos más altos del pueblo brinda una hermosa panorámica.
El esplendor de Tlalpujahua se debió a la extracción de oro y plata de sus minas, principalmente a finales del siglo XIX. Esta actividad tuvo que parar en 1937, luego de que un terrible accidente provocado por un alud cobrara la vida de cientos de mineros y sepultara el barrio del Carmen.
La fabricación de esferas de vidrio para decorar los árboles de Navidad es una de las actividades que mantienen a Tlalpujahua como un destino imperdible, aunque sus artesanos también se dedican a trabajar piezas hechas con popotillo, plumas, cerámica, cantera e incluso herrería.